A Javier Moreno, un compositor visionario y genial, su temprana muerte le niega el reconocimiento. 30 años después, sus composiciones salen a la luz y su figura cobra vigencia e importancia. Famoso por ser el requintista de Los Carrangueros de Ráquira, tras la disolución del grupo concibe un proyecto musical arriesgado y experimental en clave de música popular, pero las discográficas le negaron visibilidad. Poco a poco, por lo original de su propuesta, Javier se convierte en una figura de culto y por iniciativa de su primo sus composiciones se editan en 2015 y la música colombiana encuentra una bocanada de aire fresco.